NUESTRA APARENTE RENDICIÓN. LOLITA BOSCH
miércoles, 15 de febrero de 2012
POR DANIEL EMILIO PACHECO.
Violencia, frustración,
desesperanza, impunidad, dolor, angustia, son solo algunos de los componentes
que se reconocen en las historias de Nuestra aparente rendición, el libro
editado por Lolita Bosch, producto de los escritos colgados en la pagina www.nuestraaparenterendicion.com
Nuestra aparente rendición
surge en 2010 como una iniciativa de Lolita Bosch después del descubrimiento de
72 migrantes asesinados en Tamaulipas -qué lejos estábamos los mexicanos de
imaginar que esa fosa solo seria la primera de muchas más-. A la iniciativa de
la Bosch se sumaron artistas, escritores, profesores, críticos, investigadores
y muchos otros.
El resultado de la
convocatoria ha sido mayor a lo esperado. Denunciar los acontecimientos que se
han estado suscitando en México, proponer soluciones a la descomposición social
del país, discutir la forma de enfrentar la violencia que nos aquejan, y. . .
recordar. . . recordar el sufrimiento por el que pasan otros muchos mexicanos,
que se han convertido en víctimas colaterales de una guerra sin dirección, es
lo que se puede encontrar en Nuestra aparente rendición.
Algunas de las cosas que me
gustaron y sorprendieron de Nuestra aparente rendición, son:
- La discusión de ideas entre
Vivían Abenshushan y Heriberto Yépez, dentro del libro.
- La publicación de una carta
de Leticia Guzmán una víctima directa de la violencia en Ciudad Juárez.
- La participación de
escritores poco identificados con trabajos periodísticos o de denuncia. Yuri
Herrera, Jorge Volpi, Luigi Amara, entre otros.
- Los poemas escogidos son
claros, sensibles y contundentes. Y eso, que yo soy un burro para la poesía.
Allá vienen
los que duermen en edificios
de tumbas clandestinas:
viene con los ojos vendados,
atadas las manos,
baleados entre las sienes.
Allí vienen los que se
perdieron por Tamaulipas,
cuñados, yernos, vecinos,
la mujer que violaron entre
todos antes de matarla,
el hombre que intento evitarlo
y recibió un balazo,
la que también violaron,
escapó y lo contó viene
caminando por Broadway,
se consuela con el llanto de
las ambulancias,
las puertas de los hospitales,
la luz brillando en el agua
del Hudson.
-Los muertos. María Rivera.
Fragmento.-
En los escritos presentados no
podían faltar los nombres de periodistas que tienen años escribiendo -me llama
la atención que en los libros de este tema siempre se repiten los mismos
nombres. ¿No hay nuevos periodistas involucrados?- sobre el tema: Alejandro
Almazán, Diego Enrique Osorno, Marcela Turati, por citar algunos.
La primera vez que Jarocho me
ofreció a una niña por 300 pesos le dije
que sí, que a eso había ido al Zócalo
aquella noche. El tipo, que cuidaba autos frente al Malecón, se echo la franela
al hombro y sonrió de tal manera que los dientes le brillaron en el oscuro
rostro, reventado por el acné. Luego, cuando se dispuso a traerla de un
callejón, dije que no, que mejor volvería más tarde.
-De una vez, brother, el yate
llega a la una de la mañana y ahí vienen gringos ya rucos que se llevan a las
más morritas. Orita hasta te puedo conseguir una de nueve o 10 años- dijo con
cara de “tu me entiendes, note cuento nada nuevo” -Los Acapulco kids, Alejandro Almazán.
Fragmento-
La violencia que ha afectado a
nuestro país se manifiesta de muy variadas formas, las voces que surgen desde
Nuestra aparente rendición son de los diferentes protagonistas -víctimas,
victimarios, familiares de ambos- de la oleada violenta que se ha adueñado, lo
mismo de una ranchería olvidada, que de las ciudades más importantes de la
nación mexicana.
Se detuvo el motor y el hombre
se levantó para mostrarme su figura a contraluz, su bigote a lo Buffalo Bill.
Siguieron en orden riguroso la violación y la muerte. El chofer resulto
eyaculador precoz y había sido torpe, predecible. Intuí en sus maneras su deseo
de humillarme: me introdujo su puño hasta que en mis piernas rodó una masa
sangrienta; hizo una hendidura en mi cuello, como si pusiera una cadena a una
estatua de mármol, en una pésima declaración de amor. No: dio primero un
navajazo en mi vientre y deslizó luego el cuchillo en el escote, escribiendo
una frase que sólo él, obrero febril, podía entender. Excitado, jadeaba furioso, aunque parecía más
bien insatisfecho, contemplado impotente que hasta dicha hazaña la había realizado
con mediocridad. –Botas Tejanas. Nadia Villafuerte. Fragmento-
De la edición. Portada bien
escogida, de acuerdo al tema. Impresión limpia y cuidada. Grijalbo entrega un
libro necesario para no olvidar, ni desestimar lo que esta pasando en México.
Contrariamente a lo que se
puede pensar, ver la violencia de nuestro país de una forma lejana, ajena a
nuestro mundo y nuestra familia, ha sido el peor error que hemos cometido. Los
resultados nos llevan como sociedad a. . . Nuestra aparente rendición. . . Sí puedes.
. . Se felizzzz!!!
2 comentarios :
Que fuerte....y mientras los politicos inchandose a billetes echando la vista a otro lado. Que pena de mundo si permite esto, donde esta la iglesia el papa demas poderosos. Esto no puede continuar ni un segundo mas....basta ya de abusos a los deviles...no se bien que pero algo urgente hay que hacer...
Que fuerte....y mientras los politicos inchandose a billetes echando la vista a otro lado. Que pena de mundo si permite esto, donde esta la iglesia el papa demas poderosos. Esto no puede continuar ni un segundo mas....basta ya de abusos a los deviles...no se bien que pero algo urgente hay que hacer...
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