EL LADRON DE CALICES. LAURA MARTINEZ-BELLI
lunes, 20 de septiembre de 2010.
POR DANIEL EMILIO PACHECO.
Tengo que reconocer. . . aquí en confianza. Soy de esos lectores que al ver el titulo de un libro. . . imagino historias y, sí aparte, presenta una buena portada, es decir, sí titulo y portada se complementan. . . Mi imaginación vuela y mi deseo de enterarme de la trama literaria crece desmesuradamente.
“El ladrón de cálices” Laura Martínez –Belli. Editorial Planeta.
Eso fue lo que me paso con este libro, vi la promoción -titulo portada- e imagine diferentes historias, llenas de suspenso, emocionantes, tal vez violentas, quizá con personajes complicados, pero entrañables. No podía decidir si se trataba de una novela policiaca o una novela negra, hasta ese momento solo tenía de información. . . La portada y el titulo.
Cuando leí la reseña de la editorial, me intrigo un dato extra, la historia iba a relacionarse en algún momento con el movimiento del 68. Situación que me llevo a pensar, en la forma cómo había relacionado la autora, el robo de arte y el movimiento político.
Siendo el tema de portada el robo de cálices, imagine una historia con bastante información sobre el contrabando de arte sacro. Pensé que llegaría a enterarme de algunas de las formas en que funcionan las bandas internacionales dedicadas a esta actividad. Incluso creí, que la autora presentaría un personaje, con las características del comprador de arte robado.
Cuando el libro llego a mis manos, entendí que la protagonista es Olga, una chica qué por increíbles azares de la vida deja España casada -con un hombre qué no conoce- por medio de un poder notarial. Al leer me di cuenta que no es una novela negra, sino más bien rosa. No es novela policiaca, mas bien -sobre todo para quien se sienta solo- motivadora.
Editorial Planeta entrega una obra donde titulo y portada, hacen imaginar excelentes historias.
Las buenas tramas literarias, qué relacionan al arte y el crimen, siempre son bien recibidas pues permiten no solo envolver en misterio la historia, sino qué además, el lector al final se queda con la agradable sensación de haber acrecentado su cultura. . . Las historias de amor. . . son historias de amor.
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